Leyendas

Leyenda del Maíz

Estos hombres solo se alimentaban de animales que cazaban y plantas. Sabían sobre la existencia del maíz, pero para ellos era inalcanzable ya que se encontraba detrás de las montañas.

Recurrieron a varios dioses para recibir su ayuda, pero no lograron conseguirlo. Un día acudieron a Quetzalcóatl y le dijeron su anhelo por conseguir el maíz para alimentarse, por lo que el dios se transformó en una hormiga y acompañado de otra, se fueron a las montañas. Después de superar los grandes obstáculos que se encontraron en el camino, llegaron a donde se encontraba el maíz y tomó un grano, el cual superaba por mucho su tamaño de hormiga, y comenzó el regreso.

Al llegar, todos los habitantes se sorprendieron al ver el maíz y ver que lo había logrado. De inmediato plantaron el grano, logrando tiempo después cosechar todo el maíz que necesitaban.

Después de esta hazaña los aztecas veneraron a Quetzalcóatl por ser el dios que les trajo el maíz.

Leyenda del Sol y la Luna

Un día antes de que existiera el mundo, los dioses se preguntaron:

-¿Qué le dará luz al mundo?

El dios más arrogante Tecuciztécatl, contestó:

-Yo le daré luz al mundo.

Y los otros dioses se preguntaron:
-¿Y quién más? – se observaban unos a otros, y nadie se ofrecía para el puesto.

-Otro dios dijo:

Se tu Nanahuatzin, quien era un dios callado, humilde y feo, entonces el aceptó.

Después los dos dioses comenzaron a hacer penitencia para llegar puros. Después de cuatro noches, los dioses se juntaron alrededor del fuego.

Iban a observar el sacrificio de Tecuciztécatl y Nanahuatzin entonces dijeron:

-¡Anda pues, Tecuciztécatl! ¡Entra tu primero al fuego! y él intento meterse, pero no pudo porque le dió miedo, lo intentó cuatro veces más y no pudo.

Después los demás dioses dijeron:

-¡Entonces entra Nanahuatzin! ¡Intenta tú! -Y Nanahuatzin, cerró los ojos y se aventó al fuego.

Viendo Tecuciztécatl que Nanahuatzin se arrojo al fuego, le dió vergüenza que él no había podido y se metió al fuego.

Luego los dioses miraron al cielo y dijeron:

- ahí está Nanahuatzin hecho Sol.

Ninguno lo podía mirar por que era muy brillante

Después apareció Tecuciztécatl hecho Luna.

Aparecieron en el mismo orden que entraron al fuego.

Desde ese momento hay sol y luna.

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Santiago de 4to